LA EQUIDAD
¿En qué consiste la equidad?
Es aquí
donde entra en juego el concepto de equidad como herramienta para conseguir una igualdad efectiva. De
esta manera, a diferencia de la igualdad, la equidad no consiste en tratar a
las personas del mismo modo, sino en tener
en cuenta las circunstancias personales y establecer acciones concretas para
subsanar las desventajas para que todos puedan partir de una
posición igualitaria.
Por
ejemplo, si una pareja y su hijo de tres años van a un restaurante a comer,
para que haya igualdad, los tres deberían sentarse en una silla para disfrutar
de la comida, aunque el pequeño no llegue bien al plato. En cambio, la equidad
consistiría en facilitarle un silla especial o un cojín al menor para que pueda
estar a la misma altura que sus padres. Es decir, de este modo, el dueño
del local garantiza que todos sus
clientes tienen acceso al mismo servicio, considerando sus circunstancias individuales.
En el
plano de la equidad, las mujeres
también se encuentran en una situación de desventaja debido a
algunas diferencias que la sociedad y la cultura han creado a lo largo de los
siglos. Por ejemplo, es lo que lleva a que, por lo general, sean las mujeres
quienes renuncien a un trabajo para cuidar a los hijos, asuman más cargas familiares y tareas del hogar en detrimento de su
carrera, se sientan más inseguras que los varones a la hora de presentarse para un ascenso o prefieran estudiar
carreras que por tradición se han asociado al género femenino, como Educación o
Enfermería, en lugar de optar por los estudios de ciencias.
Las políticas de equidad pretenden justamente frenar estas diferencias mediante un trato no idéntico a hombres y mujeres, de manera que sea posible equilibrar la balanza e impulsar la igualdad sustantiva.
¿Cuáles son las diferencias entre equidad e igualdad de género?
La igualdad es un derecho universal y, como tal,
tiene carácter normativo y vinculante. De hecho, los
estados miembros de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) tienen la
obligación de eliminar la discriminación en contra de las mujeres en el ámbito
público y privado y asegurar la igualdad a través de la implementación de
medidas judiciales, legislativas, administrativas o de cualquier otra
índole.
En
cambio, la equidad se basa en un
componente ético. Por ello, las medidas que se adopten bajo este
principio emanan de una concepción específica de lo que se considera “justo” o
“injusto” por cada sociedad y en cada momento.
Comentarios
Publicar un comentario